Según los resultados
de un estudio, la carne de caballo es rica en ácidos grasos Omega 3 y es
una buena alternativa a la carne de vacuno, porque se asocia a una baja
emisión de gases de efecto invernadero. Por sus características, una de
las investigadoras que ha realizado el estudio, considera que la carne
de caballo terminará formando parte de la dieta habitual de los
españoles.
Hoy nos sorprende una noticia en la que se asegura que la
carne de caballo se podría convertir en un alimento que forme parte de la
dieta habitual de los españoles,
considerando que no está muy lejos ese día debido a la calidad y las
propiedades saludables que ofrece esta carne. Esta conclusión se basa en
un estudio desarrollado por el grupo de investigación multidisciplinar
Lactiker de la Universidad de País Vasco, el Instituto de Ganadería de
Montaña del CSIC y del Guelph Food Research Center de Canadá.
El caso es que el estudio tenía el cometido de
evaluar la calidad nutricional
y composición de los ácidos grasos presentes en la carne de caballo
disponible en el comercio minorista del norte de España, pero los
resultados no dan lugar a que se considere que la carne de caballo
formará parte de la dieta habitual de los españoles. El titular se basa
en la opinión de la investigadora Noelia Aldai, que cree que no estamos
muy lejos de que los españoles terminen aceptando su consumo de un modo
generalizado.
La carne de caballo es una fuente de proteínas rica en ácidos grasos
Omega 3, y su producción se asocia a una baja emisión de gases de efecto
invernadero. No se trata de que esta carne sustituya a la de vacuno,
sino de contar con una alternativa saludable, así lo explican los
investigadores. En este estudio se recogieron muestras de carne de
caballo que se comercializa en carnicerías especializadas e
hipermercados en primavera e invierno de seis Comunidades Autónomas
situadas al norte de España, País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias,
Galicia y Castilla y León.
Existen diferencias nutricionales en base a la edad, raza, época de
sacrificio y zona de producción, en general se observó que las muestras
recogidas en invierno tenían un mayor contenido de ácidos grasos
esenciales poliinsaturados, Omega 3, probablemente debido a que los
animales fueron criados con pasto hasta finales de otoño, antes de su
sacrificio, aunque esto no se pudo confirmar porque, parece ser que no
se pudo recabar esta información a la hora de recoger las muestras.
El 5% de las muestras analizadas alcanzó los 300 miligramos de ácido
linoleico, un ácido graso esencial de la serie omega 6 que nuestro
organismo no puede producir y debemos recibir a través de la dieta. Por
estos valores nutricionales, se permite solicitar a los reguladores
europeos la inclusión de una etiqueta de
fuente de ácidos grasos Omega 3,
otorgándole un valor añadido de interés. El estudio muestra el valor
nutricional de la carne de caballo, un alimento considerado tabú en
algunos países y por algunas persona por la consideración que se les
tiene a estos animales. En otros países, en cambio, se considera un
manjar y no existen prejuicios para su consumo, como es el caso de
Islandia, China o Italia.
El caso es que considerar que los consumidores de nuestro país
terminarán incluyendo esta carne en la dieta habitual nos parece poco
acertado, existen varias razones, principalmente los prejuicios y
también la disponibilidad, en este último caso, hay que decir que aunque
España es un gran productor de carne de caballo, apenas se distribuye
en el país. Según Equipo de Investigación, en el año 2013 se produjeron 16.000
toneladas de esta carne, de las que 4.800 se exportaron a Italia, siendo
el país que más carne adquiere y casi el único, pero el resto, en
teoría, se consumió en España.
Esto es algo prácticamente imposible, ya que son pocas las
carnicerías que ofrezcan este tipo de carne, por ejemplo, en Valencia
existen 200 carnicerías que la sirven, siendo la Comunidad que más la
consume, en Cataluña hay una veintena de carnicerías que la ofrecen y en
Madrid sólo tres. Según los cálculos y la disponibilidad en carnicerías
de toda España, la cantidad que se consume es mínima, por lo que de
momento es bastante difícil que esta carne se incluya en la dieta
española de forma habitual o consciente.
En cuanto a los
prejuicios de comer carne de caballo,
en nuestro país y en muchos otros existen, es más, cada vez hay más
prejuicios en comer proteína de origen animal, no dejamos de conocer
cifras que muestran el aumento de personas que abandonan el consumo de
carne y basan su dieta en la alimentación vegetariana o vegana, nos
parece imposible creer que la carne de caballo se convierta en una
elección habitual de los consumidores españoles.
F:Republica
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